“El miedo y el dolor tienen muchos rostros. Los míos tenían los ojos de la soledad, del hambre y la tristeza. Vivía en una azotea vacía solo con comida podrida y agua sucia, ese era mi mundo. Me llamaban Muñeca, una frenspoodle, que supo que la vida no era hermosa. Estaba prácticamente encerrada, no tenía con quien jugar.
Un día, el cielo se lleno de ruidos tan fuertes que me sentí enloquecer, trate de huir, y terminé cayendo 3 pisos desde la azotea, rompí mi cabeza, me lastimé mi piel, mis patas y mi cuello… pensé que iba a morir. Desperté muy mal herida, no sabía donde estaba. Como pude, empecé a caminar, hasta que ya no pude más.
Alguien se compadeció de mi, me llevó al veterinario, me curaron y me alimentaron, luego me llevaron a una casa enorme, donde viven más perros y algunos gatos.
Le debo mucho a ese humano que me rescato, no me llevo a su casa, pero me dejo en mi nuevo hogar.
Comments